La final contra Estados Unidos (efectuada en el Giants Stadium de Nueva York) representaba una revancha obligada para sacudirse el dominio ejercido por los norteamericanos en los últimos tiempos, ya que estos habían ganado las dos últimas ediciones de la copa (2005 y 2007). Con el público volcado en su favor mayoritariamente y después de un primer tiempo parejo, México terminó por vapulear a los estadounidenses por 5-0, con tantos de Gerardo Torrado (penalti), Giovani dos Santos, Carlos Vela, sudadera de real madrid José Antonio Castro y Guillermo Franco.